La Colonia Española o
Capitanía General de Guatemala
A partir de 1524, con la llegada de
los conquistadores a los territorios que en el futuro ocuparía la
Capitanía General de Guatemala, empiezan a circular en el territorio
centroamericano monedas europeas, básicamente españolas, y
más tarde, mexicanas, peruanas y bolivianas; en muy pocas cantidades y
en su mayoría de valor alto, siendo casi inexistente la moneda de menor
valor para el uso común de transacciones comerciales a nivel individual,
por lo que el uso del patrón monetario nativo (cacao, conchas, plumas y
pieles, entre otras especies) predominó durante los primeros años
de la conquista y coexistió con el uso de monedas de oro y plata,
principalmente en la población indígena, hasta finales del siglo
XIX. Junto con la moneda extranjera
entró gran cantidad de moneda falsificada, de bajo título o
adulterada. Al conocerse la estafa de
la Casa de Moneda de Potosí, a mediados del siglo XVII, las monedas
faltas de ley acuñadas en dicha ceca empezaron a ser rechazadas tanto
por el comercio de ultramar como por los territorios americanos donde se
conocía de dicha estafa. El
reino de Guatemala, ante su carencia de circulante y la poca información
que se tenía en esa época, fue tierra fértil para colocar
las monedas febles, ya rechazadas en casi todo el mundo.
Enterados de la estafa demasiado
tarde, los poseedores de esas monedas en Guatemala, ante las pérdidas que
tendrían de acatar las órdenes reales de recogerlas
aceptándolas a tres cuartas partes de su valor nominal y fundirlas o
rebajarles su denominación mediante contramarcas, como se hacía
ya en el resto de las colonias, optaron por dos formas para solucionar su
problema: I) Dado que la pérdida
particular era mayor en las monedas de denominación alta, la mayor parte
de monedas peruanas (Lima y Potosí en esos tiempos) de oro y de plata y
estas últimas en denominaciones de 8 y 4 reales, fueron fundidas en lingotes
mezclándolas con metales de las minas locales o bien fundidas para ser
usadas en los oficios de platería en donde sería más
difícil detectar la merma de su valor real; y, II) En las monedas de menor denominación
(2, 1 y 1/2 reales) la pérdida particular no sería tan cuantiosa
y por la falta de circulante en el reino de Guatemala, estas podrían ser
absorbidas sin dificultad ni pérdida individual en el comercio
local. Resuelto así el problema a
nivel individual y encontrándose el territorio inundado de monedas de 2
reales de baja ley que ya nadie quería aceptar, además de la gran
cantidad de moneda falsa y de moneda cortada de dudosa acuñación
en circulación, las autoridades locales en 1662, para evitar el fraude, procedieron
a contramarcar con una corona las monedas de 2 reales de Lima y Potosí
que sí tenían el peso y título de ley o al menos se
acercaban a tenerlo; y a cortar por mitad, toda la moneda falsa de cobre,
bronce o de plata y oro demasiado rebajados y no acuñados por las cecas
reconocidas. A estas monedas contramarcadas con una corona se les
conoce con el nombre de moclón. Convirtiéndose con la contramarca
puesta aquí, en las primeras piezas numismáticas guatemaltecas y
conociéndose dos tipos distintos de coronas: Cruda y Adornada (fotos
arriba) y cada una de ellas, en 2 tamaños diferentes. Sin embargo, las monedas febles o falsas continuaron viniendo
y circulando sobre todo los tepuzques (cobre, en lengua
Nahual), que son discos pequeños de oro o plata muy rebajados o de cobre
o bronce que no incluyen título, sólo peso (fotos abajo) y que
circularon en México a partir de 1522 y posteriormente en Guatemala
hasta finales del siglo XIX, pese a los múltiples intentos de las
autoridades por erradicarlos.
La Real Casa
de Moneda de Guatemala se erigió en virtud de cédula de su
Majestad Felipe V, del 20 de enero de 1731.
Fue la cuarta de América, después de la de México
fundada en 1537; la de Perú, en 1565 y la de Potosí, en
1572. Pero no fue sino hasta el 17 de
enero de 1733, que llegaron los sellos y demás instrumentos necesarios
procedentes de la Casa de Moneda de México, esta había recibido
recientemente nuevos instrumentos para la fabricación de moneda redonda
y parte de su viejo equipo para acuñar macuquina fue enviado a Guatemala,
junto con juegos de cuños abiertos en México para cada
denominación de moneda, copiados de los recibidos de España con
los nuevos diseños para moneda redonda pero adaptados para ser usados en
acuñaciones a martillo (con relieves más bajos y gruesos) en la
nueva Casa de Moneda de Guatemala. El
19 de marzo de 1733, se acuñó la primera moneda en Guatemala, un
busto de Fernando VI, de 8 escudos, con marca de ceca G e inicial de ensayador J,
que debió ser como la recreación que se muestra abajo, sin que se
conozca ningún ejemplar de oro, de ninguna denominación, en
cospel de tamaño completo.
Durante
los tres primeros días de labores de Casa de Moneda de Guatemala se
acuñaron todas las demás denominaciones en oro y en plata, en
cospeles completos, redondos y acordonados, usando para el efecto los
cuños originales abiertos y enviados desde México. A las piezas en plata así
acuñadas, que son rarísimas, se les conoce con el nombre de royal (foto abajo).
Debido a lo
laborioso del trabajo de acuñar el nuevo tipo de moneda a golpe de
martillo, como se hacía anteriormente para las monedas no redonda ni
acordonadas, y no mediante volante, como lo estaban haciendo en la ceca de
México; y al poco personal disponible en Casa de Moneda de Guatemala, el
21 de marzo, tres días después de iniciar labores, se solicita y
el mismo día se autoriza, la acuñación de moneda en
cospeles reducidos. Las de plata en
cospeles de forma irregular y sin cordoncillo.
Y las de oro, en cospeles de forma redondeada y con cordoncillo crudo,
ya que, dada la poca acuñación de piezas en dicho metal, no
representaría mayor tardanza hacerlo del modo correcto según las
Ordenanzas de Sevilla de 1728. Se
solicitó la acuñación en cospeles más
pequeños para aumentar la presión del golpe y minimizar el
número de golpes de martillo en su elaboración, logrando
así un mejor acabado final, no obstante, en muchos ejemplares se puede
observar 2 y hasta 3 golpes de martillo, sobre todo en las monedas de mayor
denominación y, por lo tanto, mayor tamaño de su cospel. Estos cambios autorizados en las normas para
la acuñación del nuevo tipo de moneda con diseño circular
dan vida a los macacos
guatemaltecos (fotos abajo), únicos en su clase y con
características especiales que los hacen fácilmente distinguibles
de todas las demás piezas bustos,
columnarias o macuquinas producidas, antes o
después de ellos, por las demás casas de moneda coloniales.
De
Debido a que 20 años
después de su fundación, la Casa de Moneda de Guatemala
seguía acuñando sus macacos
a martillo y estos se prestaban al fraude por cercenamiento y eran de
fácil falsificación, en real cédula del 14 de mayo de
1751, se manda a que en Guatemala se acuñen monedas circulares y con
cordoncillo acuñadas a molino, semejantes a las que venía
acuñando México desde 1732.
No obstante, por la falta del equipo adecuado, no es sino hasta el 29 de
mayo de 1754, que se acuñan las primeras monedas redondas, acordonadas y a volante (fotos abajo) y con el mismo
tipo de cuño en que se venían acuñando con anterioridad a
martillo, cumpliendo finalmente en su totalidad, las ordenanzas de Sevilla de
1728. Pertenecientes al reinado
de Fernando VI hasta 1760, y al de Carlos III, hasta 1771, y siendo el
ensayador José de León y Sosa, "J" hasta 1759,
año en que fue sustituido por Pedro Sánchez de Guzmán P. Se
continúo usando la "G" como marca de ceca y se
acuñaron en plata y oro de 0.9170, en denominaciones de 8, 4, 2 y 1
escudos, y de 8, 4, 2, 1 y 1/2 reales.
En las monedas de medio real, de 1754 a 1771, se omitió la
inicial del ensayador.
Con la muerte de Fernando VI, Carlos
III es proclamado Rey de las Españas y de las Indias, el 11 de
septiembre de 1759. Sin embargo, por la
lentitud en que eran conocidas las noticias en esos tiempos, en Guatemala se
celebra su proclamación hasta el 25 de julio de 1760. Por esta razón en 1760, fueron
acuñadas monedas columnarias
tanto de Fernando VI, como de Carlos III, así como Proclamas o Medallas de
Proclamación al nuevo rey, usando bustos modificados que se
tenían del viejo rey para monedas de oro, al igual que se hizo en las Proclamas de 1747, a Fernando VI.
En 1771, se ordena cambiar las
Columnas de Hércules en las monedas de plata columnarias, por el busto
del rey; cambiar en secreto, el título de las monedas de oro a 0.90103 y
el de las de plata a 0.90277; y recoger la vieja moneda y macacos, ambos de
mayor pureza, para ser cambiadas por las nuevas monedas rebajadas. Según Kurt Prober, el cambio en el
diseño de las monedas obedeció a dos razones básicamente:
para poder diferenciar fácilmente las monedas nuevas rebajadas; y, para
no desacreditar en el comercio de ultramar, al famoso "columnario"
que era aceptado por cualquier persona, en cualquier lugar. En Guatemala esta orden se cumplió
parcialmente en 1772, año en que son acuñados los primeros "bustos"
en plata, con el nuevo grado de ley, pero, debido al terremoto de 1773, no se
pudo recoger los macacos y la vieja moneda para cambiarlos por la nueva moneda
rebajada, razón por la cual, continuaron circulando por muchos
años más.
Tras el
terremoto que destruyó la ciudad de Santiago de los Caballeros de
Guatemala, hoy conocida como Antigua
Guatemala, la ciudad y cede de la Capitanía General de Guatemala es
trasladada al Valle de La Ermita.
Durante los 2 años posteriores al terremoto, 1774 y 1775, no se
acuñaron monedas. La marca de
ceca cambia a "NG", de Nueva Guatemala, en todas las
denominaciones en 1777. En 1776, se
usó la NG únicamente en rarísimas monedas de 8
reales. El 26 de enero de 1784, fallece
el ensayador Pedro Sánchez de Guzmán, razón por la cual
durante ese año tampoco se acuñan monedas, en su lugar, es
nombrado primer ensayador su hijo, Manuel Eusebio Sánchez, quien
usó la inicial "M" a partir de 1785, en todas las
monedas acuñadas en Guatemala en lo que resta del período
colonial y en gran parte del período de La Federación. Por real cédula del 25 de febrero de
1786, se vuelve a cambiar, también en secreto, el título de las
monedas de oro a 0.8750 y de plata a 0.8958.
Ley que es cumplida ese mismo año en Guatemala y se conserva por
el resto del período colonial.
El 14 de
diciembre de 1788, muere Carlos III y su hijo Carlos IV, ocupa su lugar
en ese mismo año. En Guatemala se
celebra su proclamación hasta el 18 de noviembre de 1789,
acuñando Proclamas o Medallas de Proclamación, usando
bustos modificados que se tenían del viejo rey para monedas de oro y
plata, al igual que se hizo con las proclamas de los reyes anteriores.
En 1789 y
1790, se acuñan monedas con el busto de Carlos III y la leyenda de
Carlos IV". Bustos de Carlos IV
son acuñados a partir de 1790, con la leyenda Carlos IIII".
Por real
orden del 30 de abril de 1789, se crea la moneda de plata de 1/4 de real o "cuartillo"
en la serie de monedas americanas. En
1796, se acuña en Guatemala la primera pieza fechada de 1/4 de real, con
la marca de ceca "G" y sin inicial de ensayador ni cordoncillo
por el tamaño tan reducido de la moneda. Piezas anepígrafas (sin fecha, ni ceca) fueron
acuñadas en Guatemala en 1794 y 1795.
Como se puede observar en las fotos de abajo, el tamaño y el
diseño de los punzones del castillo y del león son
idénticos a los utilizados posteriormente en las piezas ya fechadas de
Guatemala y distintos a los utilizados en otras piezas también
anepígrafas de las demás cecas americanas.
El 19 de marzo de 1808, Carlos IV
abdica al trono y asume el poder su hijo Fernando VII, pero éste es obligado a renunciar al trono a
favor de Napoleón Bonaparte y
permanece preso en Francia durante los seis años siguientes. Antes de renunciar, Fernando VII firma una
orden en la que manda que, para efectos de la acuñación de
moneda, se sustituya únicamente la leyenda en estas y que se siga usando
el busto de su padre Carlos IV, mientras están listos los nuevos
troqueles y que llegados estos, se hagan algunas acuñaciones con el
busto de Fernando VII, con fecha de 1808.
Durante los años 1808, 1809 y 1810, se acuñaron monedas
con la leyenda de Fernando VII y el busto de Carlos IV. A partir de 1811, se empiezan a
acuñar monedas ya con el busto de Fernando VII y se hace la
acuñación con fecha 1808, con el nuevo busto, como había
sido ordenado.
En Guatemala es celebrada la
proclamación a Fernando VII, el 12 de diciembre de 1808. Las proclamas acuñadas para el
efecto, que fueron varias, están catalogadas dentro del Período
Colonial, en la sección de Proclamas o Medallas de Proclamación
al final de dicho catálogo.
El 15 de septiembre de 1821,
Centroamérica declara su independencia de España. El artículo 16 del Acta de Independencia,
manda que se acuñe una medalla para perpetuar por los siglos la memoria
de ese día. El diseño
estuvo a cargo del grabador José Casildo España (quien dejo
grabadas sus iniciales JCE en ella).
Fue acuñada en oro, plata, cobre y en cobre con baño de
oro de 21 quilates (foto abajo). En la
misma se lee: EL LIBRE OFRECE PAZ, PERO EL SIERVO JAMAS y se observa a un
ángel armado con flechas pisando las cadenas rotas que unían los
dos mundos, derramando abundancia, de la cornucopia que tiene en su mano
izquierda, sobre el continente americano, y colocando una rama de laurel sobre
el viejo mundo con su mano derecha.
GUATEMALA LIBRE E INDEPENDIENTE y se observan varios obeliscos que
representan las casas de moneda de América, en su orden de
fundación, sobre la base del obelisco que representa Guatemala, el
escudo de la ciudad y en la base se está grabando la fecha de la
independencia, 15 de Septiembre de 1821. Generl. Gainza.
Con la independencia de
Centroamérica termina el período colonial.
Cualquier
sugerencia o consulta por favor háganoslo saber.
Monedas de Guatemala
Víctor Hugo Sandoval
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